Excelencia
Según la Real Academia Española (RAE), Excelencia, deriva del latín excellentia, y es definida como: Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo. También definida como tratamiento de respeto y cortesía que se da a algunas personas por su dignidad o empleo.
Desde la mirada psicológica, y bajo mi perspectiva personal, la Excelencia tiene su arraigo en dos términos: Virtud y Fortaleza.
Con el término virtud se entiende la disposición de ánimo orientada al bien. La capacidad de un hombre de sobresalir en algo, de realizar un cierto acto de manera óptima, de ser virtuoso. Es la calidad de excelencia moral y se refiere comúnmente a un rasgo característico considerado positivo.
l termino Fortaleza honra el mérito a la psicología positiva, fundada por Martin Seligman. La mayoría de las investigaciones en psicología se ha centrado durante mucho tiempo en los aspectos «negativos» del ser humano; hoy, en cambio, gracias a la psicología positiva, se ha pasado a explorar la esfera de las potencialidades humanas a través de un enfoque strenghts-based – basado en fortalezas -.
Las fortalezas son los puntos fuertes del carácter, las cualidades positivas, los recursos, habilidades y capacidades que el ser humano utiliza diariamente y cuya aplicación permite experimentar gratificación y ser felices, permitiendo así al individuo vivir una vida mejor y densa de significado.
Para saber cuáles son nuestras fortalezas personales es necesario un camino de conciencia que nos ayude a identificar nuestras cualidades, y a aprender a utilizarlas de la manera correcta.
Desde el Coaching Ontológico, sostenemos la importancia de la distinción entre Excelencia y Exigencia.
Por excelencia entendemos el cuidado y la a atención por hacer las cosas de la mejor manera posible. Este contexto permite poner en práctica nuestras mejores capacidades y fomenta el aprendizaje, la creatividad y el crecimiento.
Las empresas excelentes legitiman el error como fuente de aprendizaje
La exigencia, sin embargo, busca hacer las cosas perfectas. Ante tal imposibilidad, la persona exigente y la exigida, sufren continua insatisfacción y autorreproches. En la exigencia se vive el error como un fracaso insostenible, no se asumen riesgos ni responsabilidades para evitar frustración.
La exigencia lleva implícita la dificultad para separar lo que soy, de lo que hago. Focalizarse en el hacer tiene un componente de obligación, de complacer a otros y esperar su reconocimiento, olvidándonos de las necesidades propias y de lo que realmente deseamos. Es decir, olvidándonos de nuestro para y del valor detrás de lo que hacemos.
Miriam Ortiz de Zárate, Socia Directora del Centro de Estudios del Coaching, resume en la siguiente tabla las características diferenciales que conllevan una cultura orientada a la exigencia frente a una cultura orientada a la Excelencia:
Fuente: miriamortiz.es
La excelencia no mira tanto el hacer y los resultados, como el ser y mi compromiso con mis objetivos, con aquello que es prioritario para mí. La excelencia se centra en el proceso, en el camino, más que en la meta. En el camino hay aprendizaje, creatividad, potenciación de mis habilidades, disfrute, celebración.
Las personas comprometidas con la excelencia viven el error como una oportunidad de aprendizaje, no como un fracaso. Buscan alternativas, aceptan otros puntos de vista, admiten las críticas y las sugerencias, porque no se sienten amenazadas y cualquier aportación es una oportunidad para seguir aprendiendo y avanzar hacia el objetivo.
La excelencia nos permite conectar con aquello que queremos realmente, lo que nos gusta y nos hace trascender. Por este motivo decimos que, desde la excelencia, la posibilidad de conseguir resultados aumenta considerablemente.
Pero, ¿Qué ocurre en las empresas familiares?
En primer lugar tengo que decir y con conocimiento de causa, que no voy a ser muy justo en mi valoración por varias razones.
En primer lugar, porque uno de mis 5 valores personales, es precisamente la Excelencia. Siempre he intentado disfrutar en lo que hago, ser un buscador incansable de conocimientos y aprendizajes que me enriquecieran aprender y evolucionar.
Precisamente mi Propósito Vital es ADEMEYCO= Paz y Vida. Es decir, Aprendizaje, Desarrollo, Mejora y Conocimiento que me aporta Paz en mi interior y Vida.
“La excelencia es una utopía, pero las comparo con las estrellas. Son inalcanzables, pero nos iluminan el camino para vivir sintiéndose vivido” (Ricardo Almenar).
En segundo lugar, y dada mi pasión por la Excelencia me formé durante el año 2005 en el Club de Gestión de la Calidad del Modelo EFQM de Excelencia y Autoevaluación.
Clarificar que el Modelo EFQM de Excelencia es un sistema homologado y reconocido en toda Europa para la evaluación y mejora permanente de la gestión interna y los resultados de una empresa.
Consta de 9 criterios, de los cuales 5 son Agentes Facilitadores, lo que la Organización hace, y 4 pertenecen a los Resultados obtenidos.
Para que os hagáis una idea, la máxima puntuación que se puede obtener son 1000 puntos, de los cuales 500 corresponden a los Agentes Facilitadores y 500 a Resultados. El modelo es muy exigente en cuanto a la evaluación, y se evalúa a través de la comparación con lo que sería una empresa modelo en Calidad y Excelencia.
Existen 3 Niveles: Calidad Europea = >200 puntos; Excelencia Europea = >400 puntos y Sello Excelencia Europea > 500 puntos.
En el año 2005, en España había 67 empresas que obtuvieron la Calidad Europea, en la Comunidad Valenciana 3 empresas. 21 empresas obtuvieron la Excelencia Europea, en la Comunidad Valenciana ninguna empresa, y 11 empresas obtuvieron el Sello de Excelencia Europea, de las cuales 2 pertenecen a la Comunidad Valenciana.
Para analizar la evolución de la Excelencia en España, vemos que en el año 2019, 17 empresas han obtenido el sello de Excelencia Europea, de las cuales 2 son de la Comunidad Valenciana. Los datos indican la situación.
En tercer lugar y desde un punto de vista humorístico y de absoluto respeto, voy a utilizar un simpático cuestionario de de Autoevaluación de la Excelencia, ¿En qué nivel se encuentra? para responder a la pregunta del ¿Qué ocurre en las empresas familiares?
Voy a elegir uno de los Agentes facilitadores: Personas:
Resultados de la Autoevaluación
Mi respuesta a la pregunta mencionada anteriormente, es que el predominio de las empresas en general y familiares, las sitúo entre el nivel 3 y 4.
Experiencias Vividas:
Comparto una experiencia profesional en una empresa familiar del País Vasco, fruto de la colaboración que en el año 2005 teníamos con la Cámara de Comercio de Álava para la prestación de Servicios de Planes Estratégicos a la Pymes de su demarcación.
La empresa familiar era del sector de Decoración y Pinturas, empresa de segunda generación. Recién nombrado gerente a uno de los hijos, quien se puso en contacto con la Cámara para contratar nuestros servicios.
Realizamos un DAFO, el primer paso, antes de formular la Misión, Visión y Valores con el conjunto de personas que integraban la empresa.
La metodología utilizada fue el Modelo EFQM. Un modelo que para la pequeña y mediana empresa comercial simplificamos dada la complejidad del formato original. Utilizamos los colores verde, amarillo y rojo para detectar las áreas de funcionamiento óptimo, mejorable o muy mejorable de la empresa, como punto de partida para el Análisis Dafo y los posteriores planes de acción.
Los ítems calificados en rojo y amarillo fueron considerados como Áreas de Mejora.
Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Agentes facilitadores
Resultados
Los resultados manifestaron con toda claridad que la empresa necesitaba una intervención intensiva. Se trabajó durante un año y medio con todas las propuestas de acciones de mejora.
Pero lo más importante de esta experiencia vivida fue:
- La dirección de la empresa tuvo una actitud positiva y contundente hacia el cambio y la mejora.
- La dirección era reconocida plenamente como líder de la empresa.
- La dirección reconoció la importancia de definir la Misión, Visión y Valores de la empresa.
- La dirección asume por escrito el compromiso de ejercer el liderazgo de la Excelencia (Sello de Comercio Excelente por la Cámara de Comercio)
Fue un trabajo muy duro, muchos cambios, muchos frenos por parte del personal por su acomodamiento y sus miedos, pero se logró alcanzar uno de los objetivos perseguidos, una empresa renovada, estructurada y orientada a la mejora continua. Se obtuvo el Sello de Comercio Excelente.
El coste fue importante pero la satisfacción enorme, gracias al pleno convencimiento del líder, el principal beneficiado del proyecto por su transformación como persona y como líder. De hecho realizó la formación de Coach y obtuvo el Título de Desarrollo Personal y Liderazgo de Equipos por la Universidad de Mondragón. Titulo que lo obtuve personalmente el año anterior.
“La excelencia como valor es una utopía, pero me pregunto, ¿No es el mejor camino para lograr ser mejor Persona, tanto en el ámbito personal como profesional?” (Ricardo Almenar).
Conclusión:
La excelencia es una elección consciente, es un hábito que conduce al crecimiento personal y hace que las empresas sean más sabias, más eficientes, más rentables y más felices, sin lugar a dudas.
«La ética reside en tener valor para decidir», reflexión que os manifestaba en el capitulo anterior dedicado a la Ética. A los empresarios, a la propiedad familiar, a los responsables os pregunto ¿Que deseáis? ¿En qué creéis? ¿Una cultura de exigencia o una cultura de excelencia?
Es una elección entre una cultura del Tener – exigencia – o una cultura del Ser – excelencia -. Entre una estructura jerarquizada, donde impera la imposición y la obligación de hacer para lograr unos resultados exigidos y no compartidos, donde las personas son meramente recursos productivos, y por lo general desmotivadas y “quemadas”.
O estructuras horizontales, donde existe compromiso e implicación por un propósito empresarial compartido, con unos valores compartidos, donde las personas son valoradas como personas, con una visión holística de las mismas, donde hay libertad con responsabilidad, visión compartida, respeto, pensamiento crítico, emociones, ambición ética de crecer como profesional y como persona.
¡Vuestra es la decisión! Pero, por favor, os ruego que seáis coherentes con vuestra elección. De lo contrario la frustración generada y el desencanto provocado en el conjunto de las personas de vuestras empresas, sufrirían un alto precio que muy difícilmente se podrá sostener en el tiempo.
Para finalizar quiero afirmar con contundencia y convicción que La Excelencia convierte a una empresa en una Organización Inteligente, ¿Por qué? Porque en una Organización Inteligente…
- La gente considera que su labor es importante tanto para ella como para la organización.
- Cada persona de la organización está ampliando o mejorando su capacidad de crear.
- Las personas son más inteligentes en conjunto que separadas. Si deseamos hacer una tarea creativa, se la encomendamos a un equipo, en vez de dejarla en manos de una sola persona.
- La organización es cada vez más consciente de su base de conocimientos.
- En todos los niveles surgen visiones acerca del rumbo de la empresa. La responsabilidad de la dirección es facilitar el proceso que convierta esas nuevas visiones en visiones compartidas.
- Se invita a las personas a aprender lo que sucede en todos los niveles de la organización, para que entiendan cómo sus actos y comportamientos influyen sobre otros.
- La gente está en libertad de cuestionar sus premisas y prejuicios, y los ajenos. Hay pocas “vacas sagradas” o temas vetados.
- Todos se tratan como compañeros. Hay respeto mutuo y confianza en el modo de hablar y trabajar en conjunto, aunque existan diferencias de opinión.
- Todos se sienten en libertad de experimentar, correr riesgos y evaluar abiertamente los resultados. Nadie es eliminado por cometer un error.
“Trabajo, constancia, honestidad, humildad y búsqueda de la Excelencia. Es la mejor forma de hacer empresa; cada uno y entre todas las personas de la Organización”. (Ricardo Almenar, Psicólogo Organizacional y Coach Ontológico Empresarial).
¡Preguntas para la conversación interna! ¡Comparte tus comentarios!
¿Cuáles son las fortalezas de una persona más importantes para ti? ¿En tu empresa existe un predominio de una Cultura de Exigencia o de Excelencia? ¿Qué capacidades y cualidades debe tener para ti un Directivo para generar una cultura de Excelencia? ¿En la Excelencia el liderazgo debe aportar a la empresa la capacidad de estimular y motivar al resto de personal? ¿Consideras a la Excelencia como un valor personal? ¿Conocías el Modelo EFQM? Sí lo conoces, ¿Consideras que solo se puede aplicar a las grandes empresas? ¿Es posible, factible y necesaria la aplicación del Modelo a la Empresas Familiares?
¡Espero encantado vuestros comentarios! Tengamos buenas Conversaciones, La Conversación es Aprendizaje. ¡Gracias!